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Como Vino Dios Al Mundo?

Como Vino Dios Al Mundo
Cuando se acercan estas fechas de fin de año en las que recordamos y celebramos el natalicio de nuestro Señor Jesucristo, no se pasa por alto ningún elemento propio de este tiempo: el árbol de navidad, la cena navideña, el encuentro con nuestros familiares, los regalos, el “espíritu navideño” que tanto se menciona, etc.

  • En general, se vive un ambiente cargado de alegría.
  • No obstante, no todo es alegría en el mundo, no todo es risas y celebraciones en estos últimos días del año.
  • Hace algún tiempo, específicamente en el 2019 conocí las obras de arte de un pintor miembro de una orden monástica de la iglesia episcopal, su nombre es Kelly Latimore, es norteamericano, su arte está basado en la realización de íconos que tienen el estilo y la técnica de los íconos de la iglesia ortodoxa, pero con personajes o realidades actuales; de todos los iconos que ha realizado resaltan dos: el primero lleva por nombre “Mama”, el segundo tiene el título de “Refugees: La Sagrada Familia”, este último tiene una historia de fondo.

Dios vino al mundo como un niño viene al mundo, débil y frágil, para que podamos acoger nuestras fragilidades con ternura Como Vino Dios Al Mundo Resulta que Latimore conoció a un guatemalteco que cruzó Estado Unidos de forma ilegal, sin embargo, en el camino fallecieron su esposa e hijo, pero él de manera inquebrantable llegó a dicho país. Latimore al oír su desgarradora historia quiso plasmar esa experiencia en uno de sus íconos dando como resultado su obra Refugees: La Sagrada Familia, en ella podemos ver a dos personas huyendo con un niño en brazos, se ve en sus rostros reflejada la preocupación, el no saber que hacer más que huir y buscar un lugar más seguro, un lugar donde estén fuera de peligro.

  1. Personalmente el ícono me impresionó, porque es la situación que se vive en muchos países de América e incluso aquí en Europa.
  2. Hay muchas personas que huyen horrorizados por guerras, por amenazas, buscando un mejor futuro para ellos o para sus familiares, tanto es el afán que prefieren tomar el riesgo que implica salir de sus países para tener un futuro esperanzador.

La familia de Jesús conoció muy bien este problema. Huyeron a Egipto buscado, en primer lugar, salvaguardar la vida de Jesús. Que ironía que El Salvador del mundo, aquel que nos redimió y nos libró de nuestros pecados, el que nos salvó, se abajara tanto en Belén encarnándose en un niño indefenso que fue perseguido por la muerte desde su nacimiento pero que fue resguardado en una familia.

  1. En esta celebración de navidad y fin de año, pidamos por la familia, por los niños, por los pobres, por aquellos sin techo, por aquellos que huyen, pidamos por los más desfavorecidos, por aquellos que en noche buena no tendrán que comer.
  2. Que Dios todo poderoso los bendiga.
  3. Para finalizar quiero mencionar algunas palabras que dijo el papa Francisco en la misa del 24 de diciembre del 2020 “¿Por qué nació en la noche, sin alojamiento digno, en la pobreza y el rechazo, cuando merecía nacer como el rey más grande en el más hermoso de los palacios? ¿Por qué? El Hijo de Dios nació descartado para decirnos que toda persona descartada es un hijo de Dios.

Vino al mundo como un niño viene al mundo, débil y frágil, para que podamos acoger nuestras fragilidades con ternura”.

¿Como vino a existir Dios?

“El símbolo de Jesús y del lugar que ocupa en nuestros corazones debe ser una vida totalmente entregada a Su servicio, a amar y cuidar a los demás”. Cuando Jesús fue llevado ante Pilato, después de una obscura noche llena de odio, de insultos y de maltrato, el orgulloso Procurador romano rápidamente pudo darse cuenta de que éste no era un hombre común.

Jesús no manifestó ninguna actitud servil ni el falso valor característico de aquellos que suplicaban misericordia ante el poder del imperio de Roma; sino que permaneció en silencio ante el orgulloso romano; con la cabeza erguida, majestuoso, con porte dócil pero al mismo tiempo digno de un rey. “¿Luego, eres tú rey?”, inquirió Pilato ( Juan 18:37 ).

Jesús, el Rey de Reyes, cuyo Padre le hubiera dado “más de doce legiones de ángeles” ( Mateo 26:53 ) si tan sólo se lo hubiera pedido, cuya gloria y majestad trascendían cualquier cosa que Pilato o cualquier otro hombre hubiese podido comprender, respondió con sencillez: “Tú dices que yo soy rey.

Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad” ( Juan 18:37 ). Pilato, un hombre débil e indeciso, carente de integridad e indiferente a los principios correctos, replicó en tono cínico: “¿Qué es la verdad?” ( Juan 18:38 ). Luego, aunque no halló en Jesús ningún delito y además sabía con certeza que Él no era ningún agitador político ni una amenaza para el poder y la autoridad de Roma, Pilato cedió a la presión de la multitud sedienta de sangre, y entregó a Cristo a quienes lo irían a crucificar.

“Para esto he venido al mundo”. ¿Y qué era esto ? ¿Por qué Jesús, el Señor Dios omnipotente, que se sienta a la diestra del Padre, creador de mundos sin fin, legislador y juez, condescendió venir a la tierra para nacer en un establo, vivir la mayor parte de su existencia terrenal en la obscuridad, caminar por los polvorientos senderos de Judea proclamando un mensaje al que violentamente muchos se oponían, para ser al final traicionado por uno de Sus allegados más íntimos, y morir entre dos malhechores en la sombría colina del Gólgota? Nefi, que se glorió en “Jesús, porque él ha redimido mi alma del infierno” ( 2 Nefi 33:6 ) comprendía la motivación de Cristo: “Él no hace nada a menos que sea para el beneficio del mundo; porque él ama al mundo, al grado de dar su propia vida para traer a todos los hombres a él” ( 2 Nefi 26:24 ).

  • El amor que sentía por todos los hijos de Dios fue lo que llevó a Jesús, único en su perfección sin pecado, a ofrecerse como rescate por los pecados de los demás.
  • Como dice la letra de un himno predilecto: “Pues el Señor Su vida dio y con Su sangre nos salvó” ( Himnos, N° 106).
  • Ésa fue, entonces, la causa sublime que trajo a Jesús a la tierra a “sufrir y por los hombres a morir”.

Vino como “cordero sin mancha y sin contaminación” ( 1 Pedro 1:19 ) para expiar nuestros pecados para que Él, al ser levantado sobre la cruz, pudiese atraer a sí mismo a todos los hombres (véase 3 Nefi 27:14 ). Según las acertadas palabras de Pablo: “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” ( 1 Corintios 15:22 ).

El símbolo de su triunfo sobre la muerte es la tumba vacía. Aquel al que “levantó Dios al tercer día” ( Hechos 10:40 ) desató las “ligaduras de esta muerte temporal, de modo que todos se levantarán” ( Alma 11:42, cursiva agregada) y lograrán “la victoria sobre la tumba” ( Mormón 7:5 ). En Él “el aguijón de la muerte es consumido” ( Mosíah 16:8 ).

No obstante, Jesús vino a traer no sólo la inmortalidad, sino también la vida eterna a los hijos de nuestro Padre. A pesar de que la Expiación de Cristo proporciona la resurrección de las personas de todo el universo, ya sea que lo merezcan o no, el don de la vida eterna, o sea la vida con el Padre y el Hijo, en Su presencia perfecta, está reservado para los fieles, para aquellos que manifiestan su amor por Cristo mediante su deseo de seguir Sus mandamientos y hacer convenios santos y guardarlos.

  • El que tiene mis mandamientos, y los guarda”, nos recuerda Jesús, “ése es el que me ama” ( Juan 14:21 ).
  • Tal como lo han declarado los profetas a través de los tiempos, únicamente si hacemos convenios sagrados y los guardamos, esos sagrados acuerdos celestiales entre Dios y el hombre, llegaremos a ser “participantes de la naturaleza divina” y escapar a “la corrupción que hay en el mundo” ( 2 Pedro 1:4 ).

Antes que nada, Jesús vino a la tierra como el Salvador expiatorio que murió para que todos pudiesen tener “paz en este mundo y la vida eterna en el mundo venidero” ( D. y C.59:23 ). Sin embargo, vino también por otra razón: para servir como ejemplo para todos del potencial divino del hombre, la norma mediante la cual debemos medir nuestra vida.

  1. Aquel que proclamó Su divinidad a la mujer samaritona en el pozo de Jacob (véase Juan 4 ) nos exhorta a ser “aun como yo soy” ( 3 Nefi 27:27 ), a ser perfectos “como yo, o como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” ( 3 Nefi 12:48 ).
  2. Desde lo más hondo de esa inefable perfección, Él nos hace el llamado de cuidar a los enfermos, a los pobres, a los afligidos, a orar y a sentir compasión hacia todos los hijos de Dios, porque “Dios no hace acepción de personas” ( véase Hechos 10:34 ).

Para Él no hay barreras de raza, género ni idioma: Según explicó Nefi: “a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres; y se acuerda de los paganos; y todos son iguales ante Dios” ( 2 Nefi 26:33 ).

A aquellos de entre nosotros que se preguntan quién es nuestro prójimo, Él habló del buen samaritano; del pastor que dejó a sus noventa y nueve ovejas para ir a buscar a la que se le había perdido; y del hombre que “hizo una gran cena” a la cual invitó “a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos” ( Lucas 14:16,21 ).

Jesús, el Maestro Supremo, a menudo enseñaba verdades eternas que extraía de las experiencias comunes de la vida. Una de esas lecciones tiene que ver con la necesidad que tenemos de dar con espíritu de sacrificio y con la verdadera intención de bendecir a los que sean menos afortunados que nosotros.

  • Lucas anotó en el registro que cuando Jesús se sentó en el templo, observaba a los que ponían sus ofrendas en el arca de las ofrendas.
  • Algunos depositaban su obsequio con actitud piadosa y sinceridad de propósito, pero otros, aunque daban grandes sumas de plata y oro, lo hacían de manera ostentosa, principalmente para ser vistos de los hombres.

Entre las largas filas de donantes se encontraba una viuda pobre, quien depositó en el arca de las ofrendas todo lo que tenía, dos pequeñas monedas de bronce conocidas como blancas, que juntas sumaban menos que el valor de medio centavo en dinero americano.

  1. Percatándose de la desproporción que había entre lo que ella dio y las ofrendas cuantiosas de algunos otros, Jesús proclamó: “En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos”.
  2. Si bien el rico había dado de su abundancia, “ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía” ( Lucas 21:1–4 ).

Jesús sabía que la cantidad que damos no es lo que importa. De acuerdo con la aritmética de los cielos, el valor lo determina la calidad y no la cantidad. Para Dios, lo que es aceptable es la intención del corazón y de la mente bien dispuesta (véase 2 Corintios 8:12 ).

Jesús sentía un amor especial hacia los niños. Tanto en el viejo continente como en el nuevo, los exhortó a venir a Él (véase Lucas 18:16 ; 3 Nefi 17:21–24 ). En el registro nefita se encuentra asentado el dulce testimonio del tierno amor que Cristo tiene hacia los pequeñitos: “y tomó a sus niños pequeños, uno por uno, y los bendijo, y rogó al Padre por ellos.

“Y cuando hubo hecho esto, lloró” ( 3 Nefi 17:21–22 ). Jesús sabía que los niños son puros y sin pecado, “si no os volvéis y os hacéis como niños”, dijo, “no entraréis en el reino de los cielos” ( Mateo 18:3 ). El rey Benjamín, el gran profeta nefita, explicó lo que significa llegar a ser como un niño: “sumiso, manso, humilde, paciente, lleno de amor y dispuesto a someterse a cuanto el Señor juzgue conveniente imponer sobre él” ( Mosíah 3:19 ).

En un mundo en el que día a día presenciamos tanta indiferencia insensible hacia los menos afortunados, Jesús habló de la necesidad de dar de comer al hambriento, de dar de beber al sediento, de dar albergue al forastero, de vestir al desnudo y de visitar a los enfermos y a los encarcelados. En una de las pruebas más difíciles del ser un discípulo de Cristo, el Señor nos exhortó: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” ( Mateo 5:44 ).

Nos recordó que al hacer actos de caridad en beneficio de los demás, incluso de aquellos que algunos consideran los “más pequeños”, “a mí lo hicisteis” (véase Mateo 25:35–45 ). Enseñó no sólo acerca de la obligación que tenemos de ayudarnos los unos a los otros temporalmente, sino también en cuanto a las consecuencias poderosas, eternas y espirituales que esto conlleva.

  • En verdad, todos Sus mandamientos, al final de cuentas, son espirituales y no sólo temporales.
  • Por lo tanto, las Escrituras nos amonestan que “a fin de retener la remisión de pecados de día en día, para que sin culpa ante Dios de bienes al pobre, cada cual según lo que tuviere” ( Mosíah 4:26 ).
  • Por tanto, a fin de cuentas, la mejor manera de manifestar nuestra devoción a Cristo y nuestro deseo de seguir Sus pasos es por la forma en que vivimos y le servimos.

El símbolo de Jesús y del lugar que ocupa en nuestros corazones debe ser una vida totalmente entregada a Su servicio, a amar y cuidar a los demás, a una consagración total a Cristo y a Su causa; a un renacimiento espiritual que produce “un gran cambio” en nuestros corazones y nos prepara para recibir “su imagen en rostros” ( Alma 5:13–14 ).

  • El tomar el nombre del Señor sobre nosotros significa que estamos dispuestos a hacer cualquier cosa que Él requiera de nosotros.
  • Alguien ha dicho que el precio de una vida cristiana es el mismo de siempre: es sencillamente dar todo lo que poseemos sin retener nada, ” todos pecados para conocer ” ( Alma 22:18 ).
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Cuando no vivimos de acuerdo con las normas del Señor por pereza, indiferencia o iniquidad; cuando somos inicuos o crueles, egoístas, sensuales o frívolos; en cierto sentido estamos crucificando de nuevo al Señor. Cuando en todo momento nos esforzamos por ser lo mejor; cuando estamos al cuidado de los demás y les servimos; cuando superamos el egoísmo con el amor; cuando ponemos el bienestar de los demás antes que el nuestro; cuando llevamos las cargas los unos de los otros y ” con los que lloran”; cuando ” a los que necesitan de consuelo, y testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar” ( Mosíah 18:8–9 ), es entonces que honramos al Señor, recibimos Su poder y llegamos a ser más y más como Él, haciéndonos más y más resplandecientes, si perseveramos, “hasta el día perfecto” ( D.

y C.50:24 ). No hay voz que pueda declarar, ni lengua que pueda proclamar la plenitud del ejemplo indescriptible de Cristo. Las palabras de Juan, el amado, dicen: “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir” ( Juan 21:25 ).

Termino en donde comencé, con las majestuosas palabras de Cristo a Pilato: “Para esto he venido al mundo”. Cuan agradecidos debíamos estar de que Él vino hace dos mil años, para expiar nuestros pecados y establecer el ejemplo para nuestras vidas. Nosotros proclamamos esa gran verdad a todo el mundo.

¿Cuando vino Cristo al mundo?

Ateniéndonos a los registros históricos, lo más seguro es situar el nacimiento de Jesús en vida de Herodes el Grande, alrededor del año 6 a.C.

¿Que nos trajo Jesús al mundo?

Qué trajo Jesús al mundo INCLUSO los no creyentes deben reconocer que el hecho central y definitivo de la historia humana y de la historia de la cultura de la humanidad es el nacimiento de Jesucristo. Jesús, el Hijo de Dios y de María de Nazaret, cuya vida nos narran los cuatro Evangelios, y de cuyos hechos, muerte y resurrección dan testimonio el romano Tácito y el judío Flavio Josefo, nació en un pesebre y murió en una Cruz, para resucitar al tercer día de su muerte y subir al cielo después de haber dejado establecida no sólo una doctrina, sino un paradigma vital y una nueva forma de comprender el mundo, absolutamente diferente a las anteriores visiones de la realidad, así como un cuerpo vivo formado por seguidores capaces de llevar sus palabras al orbe entero.

  1. Y las primeras palabras de Jesús en un discurso público, en las laderas de un monte, fueron: «Felices los pobres, los que sufren, los que buscan la paz porque de ellos es el reino de Dios».
  2. El Cristianismo no hizo derrumbarse la civilización greco-romana pagana, como bien demuestra san Agustín en De Civitate Dei (La ciudad de Dios) -el primer libro registrado sobre filosofía de la historia, ya en el Siglo V- sino que, por el contrario, salvó su propia cultura, haciéndola nueva, al rescatar todos los elementos realmente humanos y civilizadores de la antigüedad.

La dignidad de la persona humana ya había sido imperfectamente vislumbrada por los griegos, pero sólo para los privilegiados, la clase aristocrática. Y por los romanos, sólo para los ciudadanos libres del Imperio. Sorprendentemente, con el cristianismo es realzada y alzada al plano sobrenatural de la dignificación del hombre hecho hijo de Dios, y queda extendida a toda la humanidad, hasta el heroísmo del amor al enemigo, la sublime abnegación en el Buen Samaritano, la entrega a los más pobres, a los que sufren opresión, abandono y enfermedad, sea en el cuerpo o en el espíritu.

Es lógico que de tal acentuación de la dignidad de la persona humana brotara la verdadera libertad.»La verdad os hará libres», que dijo Pablo. La libertad no es ni hebrea, ni romana, ni griega; es cristiana, sin duda. El Cristianismo mira hacia un futuro eterno, pero a la vez no permite abandonar la responsabilidad de implantar en la tierra el reino de los cielos.

Con ello crea un dinamismo histórico que abre la era de una verdadera civilización. Compárense sino los siglos inmóviles de las culturas no cristianas con la rapidez del progreso de la cultura cristiana. La India de hace 4000 años es la misma que la de hace 40.

  1. Y el Islam de la Córdoba califal el mismo que el del Yemen actual.
  2. Dice Nicolás Berdiaeff en su obra El sentido de la historia que: «La excepcional historicidad y dinamismo del Cristianismo deben atribuirse al hecho de que fue el primero en descubrir definitivamente el principio de la libertad espiritual, principio que desconocía el mundo antiguo».

El Cristianismo fue el primero en reconocer el inapreciable valor del espíritu humano. Porque Cristo nos hizo sentir que el alma humana es lo más preciado del mundo, y que «de nada sirve conquistar el mundo entero, si se pierde el alma». El Cristianismo viene a ser la conciencia viva del mundo: el hombre libre frente a la libertad de Dios.

  • El Cristianismo no sólo recibe la historia, la crea; puesto que espera la Redención, que es la liberación y el rescate del hombre.
  • Entre otras muchas cosas, esto supone que el poder público, venga de donde venga, no tiene un absoluto dominio sobre los hombres.
  • «No tendrás poder alguno -dice Jesús a Pilatos- si no te fuera dado de lo alto».

Y Pablo confirma que «hay que obedecer a Dios antes que a los hombres», principio que dio a los apóstoles la soberana libertad para hablar en todo momento y lugar frente a la tiranía perseguidora. Hoy se extiende un mito inaceptable, propagado por la mala fe y por la ignorancia de la historia.

  • Se repite una y otra vez que la democracia fue inventada por la Revolución Francesa, como un triunfo de la sublevación individualista y pagana contra el oscuro despotismo de la Edad Media cristiana.
  • Es necesario redescubrir el valor real de la aportación cristiana; los olvidados, desfigurados y desprestigiados valores de la cultura más integralmente racional, que dentro de la imperfección propia de todo lo humano, han aportado lo más esencial de nuestra historia.

No se puede comprender Occidente sin la figura filosófica de Santo Tomás de Aquino, cuyo principal mérito consiste en haber logrado la mejor síntesis medieval entre razón y fe, o entre filosofía y teología. En su ardua labor para armonizar el aristotelismo con el cristianismo, la autonomía que atribuye a la razón humana, aun siendo limitada, plantea en principio la posibilidad de una auténtica actividad filosófica independiente de la fe.

  1. Y no debe olvidarse que Tomás de Aquino bebe su inspiración jurídica y su filosofía a San Isidoro, el gran Obispo de Sevilla, encarnación de la racionalidad, el cual se enfrentaba a la irracionalidad del poder con la fuerza de la ley: «rey serás si ficieres ley; si non ficieres ley, non serás rey».
  2. San Isidoro de Sevilla también dice: «La ley no es otra cosa que la constitución hecha por el pueblo».

Y el gran teólogo y jurista Suárez, siguiendo a Santo Tomás, en la más pura tradición escolástica antigua, declara en pleno siglo XVI: «Que el poder civil, que se encuentra legítimamente en un hombre o en muchos, por derecho ordinario, emana del pueblo, y no podrá ser de otro modo para ser justo» (De legibus, I, III, Capítulo IV, N.° 2).

  • Si alguien encuentra valores superiores a estos en otra cultura, fuera de la cristiana, por favor, que me lo comunique, pues necesito saberlo.
  • Admiro las aportaciones espirituales del Islam, la mística sufí; también la anulación del deseo humano del budismo, la calma existencial hinduista, la ecología lúcida de las culturas indias americanas Pero no hallo mayor racionalidad que la que ha evolucionado en dos milenios de cristianismo.

: Qué trajo Jesús al mundo

¿Quién es Dios y de dónde viene?

Concepciones del ser supremo – A menudo Dios es imaginado como una fuerza de la naturaleza o como un ente consciente que se puede manifestar en un aspecto natural. Tanto la luz como la penumbra son símbolos recurrentes para representar a Dios. La definición más común de Dios es la de un ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente; ​ creador, juez, protector y, en algunas religiones, y salvador del universo y de la humanidad.

¿Qué convirtio Cristo en vino?

Cómo explicar el milagro de Jesús de la conversión del agua en vino El milagro de Jesús convirtiendo el agua en vino en las bodas de Caná, se registró en el evangelio de San Juan. El vino se acabó durante una ceremonia de boda, que habría sido considerado una vergüenza pública. María pide ayuda a Jesús y éste responde: “Mujer, ¿por qué me estás diciendo esto a mí?” distanciándose de su madre, creyendo que su tiempo para revelarse aún no había llegado.

  1. Sin embargo, Jesús hizo un milagro.
  2. Le dice a los sirvientes que llenen las tinajas de agua, luego lo convirtió en vino.
  3. Al enseñar el milagro del agua convertida en vino, es importante leer e interpretar el pasaje.A continuación, se analizará el significado del milagro.
  4. Pasos a seguir: 1 Discuta y defina el significado de la palabra ” milagro “.2 Lea el pasaje de la Biblia, Juan 2:1-11 que describe las bodas de Caná y discuta por qué sólo se ha registrado en el Evangelio de San Juan.3 Discuta las costumbres de la boda de esa época que se encuentran en el Evangelio de Juan, centrándose en María como la encargada de la boda y la importancia que el vino tenía en una ceremonia y la celebración.4 Vuelva a leer el pasaje y discuta el lenguaje utilizado entre Jesús y su madre María, centrándose en lo qué dijo de su tiempo “no había llegado todavía” y por qué iba a llamarla “mujer.” Determine el significado.5 Discuta el proceso antes de que Jesús convirtiera el agua en vino y quien le asiste.

Examine el papel de María alentando a Jesús.6 Examine por qué Jesús convirtiendo el agua en vino, era importante como un milagro por primera vez para su vinculación con la transubstanciación, que es cuando el vino se convierte en la sangre de Cristo durante la Misa Católica.

Puede ser útil llevar en el sermón de un sacerdote, el libro de los Milagros CS Lewis u otra explicación para ayudar a mantener su discusión.7 Relacione las bodas de Caná con el Antiguo Testamento, discutiendo por qué no había una abundancia de vino, lo que simbolizaba el vino, y cómo la producción de vino sería un signo del reino estableciéndose.

Discuta cómo las acciones de Jesús se refieren a las tradiciones de los fariseos en la tradición judía y por qué iba a seguir con esa tradición.8 Hable sobre lo que significa que Jesús se revela como el creador y el Mesías.9 Esquematice las aplicaciones de lo que las bodas de Caná significan para nosotros hoy en día, por ejemplo, cómo María presentó a Jesús, cómo Jesús sancionó la institución del matrimonio, cómo Dios se centra en nuestra felicidad, cómo todos los milagros se acumulan a la muerte de Jesús, así como el tema de la creación y que Jesús es un creador y mesías.

¿Qué es lo que Dios desea para cada uno de nosotros?

Haz preguntas durante la oración – Dios siempre escucha y contesta nuestras oraciones, En el libro de Mateo, Jesús hace una promesa: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Dios quiere bendecirnos. Él desea dirigirnos, guiarnos y enseñarnos, pero no suele contestar las oraciones o las preguntas que nunca le hacemos.

  • Demuestra tu fe en Dios comunicándote con Él por medio de la oración.
  • Pregúntale qué es lo que Él desea para ti en la vida.
  • Es posible que no recibas una respuesta inmediata o de la manera que esperas, pero llegará.
  • Las Sagradas Escrituras están llenas de los tratos de Dios con Sus hijos.
  • Tanto la Santa Biblia como el Libro de Mormón nos enseñan quién es Dios, cómo podemos desarrollar una relación con Él y cómo podemos volver a vivir con Él algún día.

Dios es el mismo ayer, hoy y para siempre, por lo que Sus palabras y mandamientos son importantes para nosotros. Desde los días antiguos, Dios ha llamado a profetas para guiar a Su pueblo. Un profeta es alguien al que Dios ha llamado para dar guía al mundo entero.

  1. Aunque los mandamientos de Dios nunca cambian, las circunstancias que enfrentamos en el mundo siempre lo hacen.
  2. Por medio de los profetas, Dios nos ayuda a saber cómo navegar a través de los desafíos y las pruebas singulares de nuestros días.
  3. Al estudiar las palabras de los profetas, apóstoles y otros líderes inspirados, puedes descubrir el mensaje que Dios tiene para ti en la actualidad.

“Siento su amor al leer las escrituras, al tener gente tan buena en mi vida, al saber que me protege de tentaciones y al yo ser feliz por lo que tengo. Eso me hace ser agradecida con él y saber que me ama.” “Lo siento cada vez que miro a mi familia y contemplo a mis hijos.

Veo a Dios en todo el amor que me rodea. Cada vez que sucede algo inesperado veo a Dios y su infinito amor ayudándome a seguir su camino, ayudándome a gozar y disfrutar la vida. Él nos quiere felices y cada vez que siento alegría y felicidad, yo siento su amor.” “Siento el amor de Dios en mi vida a través de todas las situaciones positivas que me ocurren; al igual que los momentos difíciles, porque sé que me traerán algo bueno.

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Desde el momento en que veo el sol salir hasta el momento en que me despido de mis hijos al dormir.” “Al ver sus creaciones, cuando voy por la calle corriendo o caminando ver las flores, el sol, los pájaros, ver triunfar a las personas que amo.” “Siento el amor de Mi Padre al despertar, al saber que tengo las verdades restauradas del Evangelio para recibir sus bendiciones.

Siento su amor a través de mi familia y amigos. Siento su amor cada vez que tengo una segunda oportunidad. Siento su amor cada vez que me tengo que arrodillar a pedirle ayuda por los desafíos que tenga en mi vida. Son muchas las oportunidades en que siento este sentimiento cálido en mi corazón. De que no estoy solo y que puedo sentir que alguien está a mi lado dándome un amor infinito que no puedo comprender pero que es real.” “El amor de Dios para mi es el ver su mano día a día en mi vida, ya sea por actos de servicio o pequeñas oportunidades que se presentan a través del día.

Estas muchas veces evidencian que Dios nos cuida y que provee para nuestras necesidades.” “Siento el amor de mi Padre Celestial en cada detalle de mi vida. De verdad, Él participa de cada detalle de nuestras vidas. Él me ha dado bendiciones sumamente personales y especiales, me ha brindado fortaleza para hacer frente a mis desafíos, me ha otorgado la confianza necesaria ante las pruebas.

¿Cuál es la misión de Dios?

Nuestras relaciones con Dios, entre nosotros y con la creación pueden ser restauradas a través de Jesucristo. La misión de Jesús fue hacer posible que nuestras relaciones con Dios, entre nosotros y con la creación pudieran ser restauradas y que fueran buenas de nuevo.

¿Por qué Dios dio a su Hijo?

Sentido y sintaxis – Las traducciones recientes de los eruditos han luchado especialmente con el adverbio griego οὕτως (houtos), que tradicionalmente ha sido traducido simplemente como “de tal manera” como en ” de tal manera amó” en la RV. Los teólogos Gundry y Howell ​ creen que el sentido y sintaxis del griego Οὕτωςὥστε hicieron probable que el autor del evangelio de Juan enfatice tanto en (a) el grado hasta el cual amó Dios al mundo como (b) la manera que Dios escogió para expresar ese amor enviando a su hijo.

  • Gundry y Howell escriben que el término Οὕτως se refiere más frecuentementea la manera en que algo se hace (ver BDAG 741–42 s.v.
  • Οὕτω/οὕτως).
  • Sin embargo, añaden que la cláusula ὥστε que sigue a Οὕτως implica el indicativo -queriendo decir que eso acentúa un real pero usualmente inesperado resultado.
  • Concluyen que el sentido y sintaxis de la construcción griega se centra en la naturaleza del amor de Dios, refiriéndose a su modo, intensidad y extensión.

Así mismo, enfatiza la grandeza del regalo que Dios ha dado, Otro eruditos están de acuerdo en esta interpretación. “El ‘de tal manera’ (houtos) es un adverbio de grado que señala la cláusula que sigue y aquí sirve para expresar la idea de infinidad, un amor sin límites, que es completamente adecuado.” ​ “La construcción griegaenfatiza la intensidad del amor.” ​ Esta comprensión del intento del original griego se refleja en varios comentarios y traducciones de eruditos como estos:

  • “Porque Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito” (Schnackenburg). ​
  • “Sí, Dios amó tanto al mundo que dio al único Hijo” (Brown). ​
  • “Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo” (NEB).
  • “Dios amó tanto a la gente de este mundo que dio a su único Hijo” (CEV).
  • “Porque Dios amó al mundo tanto que dio al único Hijo” (Beasley-Murray). ​

Basados en su análisis de la estructura paralelística griega original de Juan 3:14–17, Gundry y Howell proporcionan la siguiente traducción inglesa mostrando la estructura gramatical del pasaje: ESTRUCTURA PARALELÍSTICA DE JUAN 3:14–17 PRINCIPALES CLÁUSULAS (ACCIDENTALES) CLÁUSULAS SUBORDINADAS (NO ACCIDENTALES) ​ Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre tiene que ser levantado, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

¿Que le prometió Jesús antes de subir al cielo?

Palabras de Jesús: de la resurrección a la ascensión Palabras de Jesús: de la resurrección a la ascensión “Me seréis testigos hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). Cuando se bajó a Jesús de la cruz y se le preparó amorosamente para ser enterrado según las costumbres judías, Sus discípulos quisieron proteger Su cuerpo de cualquier intrusión o daño.

  1. Lo envolvieron con un lienzo limpio y rodaron una gran piedra al lugar para sellar la entrada del sepulcro (véase Mateo 27:57– 60).
  2. Tres días después, Jesús salió del sepulcro tras haber vencido a la muerte.
  3. Durante los 40 días siguientes enseñó y ministró a Sus discípulos en lo que debió haber sido una experiencia intensa y poderosa, en preparación para Su ascensión a los cielos.

Las palabras que pronunció el Salvador durante esos 40 días constituyen un maravilloso modelo para nosotros, a medida que contemplamos Su regreso seguro y triunfal a la tierra. El Señor dio por lo menos tres mensajes sumamente significativos a Sus discípulos en Jerusalén: 1) Su resurrección fue real y todos somos herederos de ese don maravilloso; 2) se había llevado a cabo Su Expiación, pero habría requisitos a fin de que pudiésemos participar plenamente de sus bendiciones; 3) Sus discípulos eran responsables de llevar al mundo el mensaje de Su Evangelio.

  • Tanto para el creyente como para el incrédulo, la evidencia de la mañana del tercer día resultó convincente.
  • La piedra estaba rodada a un lado y el Cristo muerto ya no estaba en el sepulcro.
  • Sin embargo, a pesar de esa evidencia, el Señor decidió confirmar Su resurrección en diversas visitaciones gloriosas.

La primera fue a María Magdalena, que lloraba afuera del sepulcro, y a la que se le aparecieron dos ángeles que le preguntaron: “Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. “Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús.

“Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. “Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro)” (Juan 20:13–16). Podemos aprender una gran lección de la experiencia que María Magdalena tuvo con el Señor resucitado.

Aprendemos que si verdaderamente le buscamos y deseamos conocerle, le hallaremos y le conoceremos como Él es en realidad. María había llegado a ser discípula mediante la conversión y había seguido fielmente al Salvador hasta Su muerte, y ahora sabía por sí misma que Él estaba vivo.

  • Después de esta primera confirmación de la resurrección del Cristo ocurrieron otras.
  • El Señor resucitado acompañó a dos discípulos por el camino a Emaús; conversaron sobre las noticias que se rumoreaban de la aparición de unos ángeles y del cuerpo desaparecido del Salvador.
  • ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?”, preguntó a los dos discípulos.

“Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Lucas 24:26–27). El Salvador se apareció luego a Simón Pedro y más tarde a los once apóstoles y a otras personas: “Paz a vosotros”, les dijo.

  1. Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo” (Lucas 24:36, 39).
  2. Si bien todas esas confirmaciones de Su resurrección son de gran valor, quizás la más gráfica sea la aparición del Salvador a Tomás y a otras personas ocho días más tarde.

Tomás había dudado de que Jesús fuera el Señor resucitado. “Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20:27–28). Con esta confirmación se dio a Tomás una reprimenda cariñosa, pero clara: “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (versículo 29).

La experiencia de Tomás nos transmite un mensaje concreto: si queremos conocer las cosas sagradas y disfrutar de todas las ricas bendiciones relacionadas con esas experiencias sagradas, la fe debe ser más fuerte que la curiosidad. Hubo otras confirmaciones notables de la resurrección del Señor, entre las que se cuenta Su aparición, sus enseñanzas y su comida junto a siete discípulos en las costas de Galilea.

“¿Me amas?”, preguntó a Pedro (véase Juan 21:15–17). “Sígueme” (Juan 21:22) fue Su mandato. En el momento de Su ascensión, ninguno de Sus fieles discípulos dudaba de Su inmortalidad.

  • El Salvador estaba ansioso de ayudar a Sus discípulos a entender que si bien la resurrección era universal para todos los hijos de nuestro Padre Celestial, había una diferencia entre llegar a ser inmortal y heredar la vida eterna. El Salvador ya había explicado en Juan 14 la diferencia que existe entre ambas cuestiones:
  • “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
  • “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
  • “Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
  • “Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
  • “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (versículos 2–6).

La pregunta de Tomás (véase Juan 20:25) aún persiste en el corazón de muchos de los hijos de nuestro Padre, y la respuesta del Salvador sigue siendo la única que hay: ningún hijo o hija de nuestro Padre Celestial podrá volver a casa a menos que se haga partícipe de la Expiación de Cristo.

  1. Mateo registra además las palabras que el Salvador pronunció en esta ocasión:
  2. “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
  3. “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19–20).

Por tanto, debemos llegar a la conclusión de que el participar de la Expiación que Cristo efectuó por los pecados es condicional; depende de que seamos bautizados y aceptemos Su “camino” y vivamos los mandamientos. Del Nuevo Testamento aprendemos que Su camino comienza con una fe viva en Jesucristo como el Redentor del mundo.

Esta clase de fe nos conduce al convenio del bautismo, cuando tomamos Su nombre sobre nosotros y prometemos guardar Sus mandamientos. A éste le siguen otros convenios. Aprendemos, como lo manifestaron Sus primeros discípulos, que nuestra vida debe ser compatible con nuestros convenios; sólo entonces recibiremos la pacífica confirmación del Espíritu Santo de que podemos ser partícipes de la Expiación del Salvador.

“Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo”, dijo Jesús a Sus discípulos (Hechos 1:5). Al final, todas las ordenanzas deben ser validadas por el Santo Espíritu de la promesa (véase D. y C.132:7). Únicamente cuando la Expiación del Señor se aplica a nosotros de forma individual somos libres de nuestros pecados y dignos de entrar en la presencia de nuestro Padre Celestial.

  • En las costas de Galilea y en el Monte de los Olivos, el Salvador extendió a Sus apóstoles la asignación o el llamamiento de que ellos (así como otras personas a las que ellos llamaran) debían llevar al mundo el mensaje de la resurrección y la redención.
  • El Señor presentó esa asignación primeramente con una pregunta que aludía a la comida que ofrecía a Sus discípulos: “Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo.

El le dijo: Apacienta mis corderos” (Juan 21:15). Jesús le preguntó por segunda vez y recibió una respuesta similar. Luego preguntó “la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo.

  1. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas” (versículo 17).
  2. Aquellos primeros discípulos tuvieron que tomar una decisión de suma importancia: ¿Tendrían prioridad los pescados y el pan, u otros bienes terrenales y materiales, sobre las cuestiones del corazón y del alma que se requieren de aquellos que buscan la vida eterna? Si hubieran dejado que las cosas terrenales tuviesen la prioridad principal, les habría resultado difícil cumplir con la tarea fundamental: enseñar a los hijos de nuestro Padre Celestial en todo el mundo, o sea, alimentar espiritualmente a Sus ovejas.

Justo antes de Su ascensión al cielo, el Señor repitió el llamado: “Me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). Como miembros de la Iglesia y discípulos de Cristo, debemos aceptar este reto en la actualidad.

En una época en la que los profetas de Dios han llamado a todos los miembros a ser misioneros con nuestro prójimo, con nuestros familiares y con los que se encuentran en países distantes, ¿escogeremos apacentar las ovejas del Señor o escogeremos la parte buena, aunque menor? El número cada vez mayor de jóvenes y de matrimonios mayores que toman parte en la obra misional de tiempo completo constituyen un alentador testimonio de que hay muchos que sí entienden y sienten el llamamiento a servir.

Un número cada vez mayor de los miembros que se quedan en sus hogares se están uniendo a las filas de aquellos que entienden la necesidad de enseñar el Evangelio en donde viven así como en el extranjero. Aprendemos que los discípulos de Cristo buscan constantemente maneras de compartir este gran mensaje.

Al prepararnos para ese día futuro en que el Salvador regrese y reine como Rey de reyes y Señor de señores, esas enseñanzas cobran una urgencia cada vez mayor. Al estudiar el Nuevo Testamento y orar en busca de luz y sabiduría, recibiremos la seguridad de nuestro origen divino. Hallaremos gran gozo en la realidad de la resurrección, la redención y la exaltación por medio del Señor Jesucristo.

Nos esforzaremos por llevar el mensaje a todos, para que nuestro gozo, y el de ellos, sea pleno y podamos participar de la vida eterna mediante el Señor Jesucristo. Nota

See also:  En Que Convirtio Jesus El Pan Y El Vino?

Véase Enseñanzas del profeta José Smith, pág.408.

: Palabras de Jesús: de la resurrección a la ascensión

¿Quién fundó nombre de Dios?

Nombre de Dios, Durango Secretaría de Turismo | 31 de julio de 2019 Como Vino Dios Al Mundo

  • La capilla de San Antonio de Padua de la Ex Hacienda de Juana Guerra, primer sitio designado Patrimonio Mundial por la UNESCO en el estado, ss la Villa más antigua de la Nueva Vizcaya, la primera provincia fundada en el norte de la Nueva España, dotada de hermosos paisajes, antiguas tradiciones, una larga lista de templos, edificaciones históricas y deliciosa gastronomía.
  • Un verdadero placer para el paladar se encuentra en esta tierra, famosa por las tradicionales gorditas rellenas de una variedad de guisos, mezcal, cerveza artesanal, vinos de fruta, dulces cristalizados, quesos asaderos, nopales, chiles y conservas.
  • Características:

Alrededor de 1555 a 1556, el Franciscano llamado Fray Gerónimo de Mendoza fundó la misión franciscana, celebró la primera misa en nombre de Dios y así se le quedó el nombre al municipio. La impresionante caída de agua de EL SALTITO altera el desolado paisaje con sus cascadas de 20 metros de altura, como si se tratara de un espejismo producido por el calor.

  • Balneario paraje los Salones
  • Balneario el Ojo de Agua de San Juan
  • Comunidad de los Berros
  • Ex convento de San Francisco
  • Hacienda de San Quintín Balneario
  • Iglesia de Amado Nervo
  • Paradero Nixtalpan

Festividades:

  1. “Taquito de San José”, 19 de marzo.
  2. Fiesta del Ojo de Agua de San Juan, 24 de junio
  3. Celebración del día de San Pedro Apóstol, 29 de junio
  4. Fiesta de la comunidad de Lumbreras, 7 de agosto
  5. Fiesta de Aniversario de la Fundación de la Ciudad, 30 de septiembre
  6. Fiesta a la Virgen de Guadalupe, 12 de diciembre.
  1. Ubicación:
  2. Se localiza al suroeste en el estado de Durango, colinda al norte con Durango y Poanas, al sur con Mezquital y Súchil, y al oriente con Vicente Guerrero, Mezquital y Durango.
  3. A 40 minutos de la capital Durango.
  4. Da click en el mapa para ubicarlo:
  5. Más información visita:
  6. visitmexico.com/es/pueblosmagicos

: Nombre de Dios, Durango

¿Cuál era la lengua de Cristo?

Bilingüe o políglota – La existencia de Jesús está ampliamente aceptada, aunque la veracidad histórica de los eventos de su vida todavía es tema de calurosos debates. No obstante, los historiadores pueden iluminarnos un poco sobre qué idioma hablaría el hijo de un carpintero de Galilea que se convirtió en un líder espiritual.

  1. Fuente de la imagen, AFP Pie de foto, Netanyahu insistió en que, además de arameo, Cristo hablaba hebreo.
  2. Tanto el Papa como el primer ministro israelí están en lo correcto, dice el doctor Sebastian Brock, profesor emérito en arameo de la Universidad de Oxford, aunque era importante para Netanyahu clarificar su declaración.

El hebreo era la lengua de los eruditos y de las escrituras. Pero el idioma “cotidiano” de Jesús hubiera sido el arameo y es este último el que la mayoría de los estudiosos de la Biblia dicen que habló. El arameo es el idioma que Mel Gibson utilizó para su película “La Pasión de Cristo”, aunque no pudo sacar todas las palabras del guion del arameo del Siglo I.

  1. Algunas provienen de siglos más recientes.
  2. El árabe no se introdujo en Palestina sino hasta mucho después.
  3. Sin embargo, el latín y el griego eran de uso común en la época de Cristo.
  4. Es poco probable que Jesús supiera latín más allá de unas pocas palabras, explica Jonathan Katz, académico de Lenguas Clásicas de la Universidad de Oxford.

El latín era el idioma de las leyes y del ejército romano y sería improbable que Jesús estuviera familiarizado con el vocabulario de ese mundo.

¿Cuántos años tiene Jesús en la actualidad?

El monje Dionisio – Entonces, si las evidencias históricas nos acercan más al año 4 a.C., ¿de dónde viene la fecha del año 1? Aquí entra en escena un monje bizantino del siglo V, Dionisio el Exiguo. Como explica Piñero, a Dionisio, estando en Roma en torno al años 497, el Papa le encarga que determine la fecha de la Pascua para ponerse de acuerdo con las iglesias orientales.

Y, una vez determinada la fecha de la Pascua, se le pidió que investigara cuándo nació Jesús exactamente. Dionisio era un cronógrafo, es decir, estudiaba la cronografía a partir de los textos de la época. “Él no contaba con las fuentes con las que cuenta hoy en día un historiador, así que lo hizo como Dios le dio a entender, y se equivocó”, argumenta Javier Alonso.

El monje determinó que Jesús nació 753 años después de la fundación de Roma, y señaló el 754 como el año 1 de la era cristiana. Esta forma de numerar los años se impuso con el tiempo y, con él, el error de la fecha de nacimiento de Jesús. En aquel entonces, en el mundo romano el tiempo se medía por el número de años del emperador (por ejemplo, el año 5 de Tiberio, o el 4 de Nerón) y, en algunas ciudades, por su fecha de fundación, como es el caso de Roma.

¿Cuántos tiene Jesucristo?

Jesucristo murió a los 36 años, según un experto 10 abr 2009, Actualizado a las 02:00 h. El debate acerca del día exacto en el que Jesucristo fue crucificado sigue lleno de contradicciones surgidas de entre los documentos históricos, los evangelios, la astronomía y la tradición.

  • Para llegar a una conclusión fiable hay que crear un complejo puzle de pistas.
  • El catedrático de Filología Griega de la Complutense Antonio Piñero, autor del libro La verdadera historia de la Pasión, lleva 20 años tratando de datar la fecha de la muerte de Cristo.
  • Su investigación derriba tópicos: el primero de ellos, el de la edad del Mesías en el momento de su muerte.

«Históricamente no se puede mantener que Jesús muriera con 33 años», explica Ramón Teja Casuso, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria. «Dionisio el Exiguo, el monje y matemático que estableció en el siglo VI cuál era el año en que nació Jesús, el Anno Domini, se equivocó», asegura Teja.

Herodes el Grande murió en realidad en el año 4 a. de C., por lo que Jesús habría sido alumbrado en el año 5 o el 6 a. de C, paradójicamente. Poncio Pilato, el perfecto en Judea, «ocupó este cargo desde el año 29 al 37 d. de C.», afirma Teja, lo que implica que Jesús murió con una edad entre 34 y 42 años.

¿De dónde viene, entonces, la idea de que Cristo murió a los 33? Los evangelios nunca afirman tal cosa. Lucas dice que la vida pública de Jesús empezó cuando tenía alrededor de 30 años. Juan plasma hasta tres Pascuas en las que Jesús acude a Jerusalén, lo que fundamenta la creencia popular cristiana de que fueran 33 los años que vivió.

  1. Antonio Piñero considera que hay que hacer una investigación astronómica.
  2. «Murió un viernes con luna llena en Pascua, por lo que hay que saber qué 15 de nisán, el primer mes del calendario hebreo, que es cuando se celebra la Pascua judía, reunía esas condiciones» entre los años citados.
  3. El resultado es que hay dos opciones: el 7 de abril del año 30, según lo cual Cristo habría muerto con 36 años, y el 3 de abril del 33, en que Cristo tendría 39.

Piñero considera más factible el 7 de abril del año 33 como fecha de su muerte, y encuentra la explicación en Pablo de Tarso. Una inscripción demuestra que el prefecto de Galión que juzgó a Pablo en Acaya estuvo en esa ciudad entre junio del 51 y junio del 52.

  • «Esto hace que, si tomamos el año 33 como el de la muerte de Cristo, el cálculo sea muy ajustado», explica el catedrático, teniendo en cuenta que Pablo pasó tras la muerte de Jesús tres años de meditación y, luego, 15 días en Jerusalén y 14 años predicando.
  • ¿Murió entonces Jesús el 7 de abril del año 30? Piñeiro todavía expone una salvedad: «Creo que fue crucificado el jueves.

Si fuese crucificado a las tres de la tarde del viernes, habría muerto ya caída la tarde. Eso para los judíos es el sabbat, día de descanso». Archivado en: : Jesucristo murió a los 36 años, según un experto

¿Qué convirtio Cristo en vino?

Cómo explicar el milagro de Jesús de la conversión del agua en vino El milagro de Jesús convirtiendo el agua en vino en las bodas de Caná, se registró en el evangelio de San Juan. El vino se acabó durante una ceremonia de boda, que habría sido considerado una vergüenza pública. María pide ayuda a Jesús y éste responde: “Mujer, ¿por qué me estás diciendo esto a mí?” distanciándose de su madre, creyendo que su tiempo para revelarse aún no había llegado.

Sin embargo, Jesús hizo un milagro. Le dice a los sirvientes que llenen las tinajas de agua, luego lo convirtió en vino. Al enseñar el milagro del agua convertida en vino, es importante leer e interpretar el pasaje.A continuación, se analizará el significado del milagro. Pasos a seguir: 1 Discuta y defina el significado de la palabra ” milagro “.2 Lea el pasaje de la Biblia, Juan 2:1-11 que describe las bodas de Caná y discuta por qué sólo se ha registrado en el Evangelio de San Juan.3 Discuta las costumbres de la boda de esa época que se encuentran en el Evangelio de Juan, centrándose en María como la encargada de la boda y la importancia que el vino tenía en una ceremonia y la celebración.4 Vuelva a leer el pasaje y discuta el lenguaje utilizado entre Jesús y su madre María, centrándose en lo qué dijo de su tiempo “no había llegado todavía” y por qué iba a llamarla “mujer.” Determine el significado.5 Discuta el proceso antes de que Jesús convirtiera el agua en vino y quien le asiste.

Examine el papel de María alentando a Jesús.6 Examine por qué Jesús convirtiendo el agua en vino, era importante como un milagro por primera vez para su vinculación con la transubstanciación, que es cuando el vino se convierte en la sangre de Cristo durante la Misa Católica.

Puede ser útil llevar en el sermón de un sacerdote, el libro de los Milagros CS Lewis u otra explicación para ayudar a mantener su discusión.7 Relacione las bodas de Caná con el Antiguo Testamento, discutiendo por qué no había una abundancia de vino, lo que simbolizaba el vino, y cómo la producción de vino sería un signo del reino estableciéndose.

Discuta cómo las acciones de Jesús se refieren a las tradiciones de los fariseos en la tradición judía y por qué iba a seguir con esa tradición.8 Hable sobre lo que significa que Jesús se revela como el creador y el Mesías.9 Esquematice las aplicaciones de lo que las bodas de Caná significan para nosotros hoy en día, por ejemplo, cómo María presentó a Jesús, cómo Jesús sancionó la institución del matrimonio, cómo Dios se centra en nuestra felicidad, cómo todos los milagros se acumulan a la muerte de Jesús, así como el tema de la creación y que Jesús es un creador y mesías.

¿Donde el hombre se convierte en Dios?

Teotihuacán, a tan sólo pocos quilómetros de Ciudad de México (CDMX, antiguo DF, Distrito Federal) es el complejo arqueológico más visitado en México. ¿Sabías que Teotihuacán significa ‘ la ciudad donde los hombres se convierten en dioses ‘?

¿Como Dios convirtio el agua en vino?

¿Por que Jesús convirtió el agua en vino? Como Vino Dios Al Mundo El primer milagro de Jesús reportado en la Biblia fue convertir el agua en vino. Y quizás alguna vez te hayas preguntado: ¿por qué? ¿Por qué el primer milagro no fue curar a un paralítico, o hacer ver a un ciego o algo que podría ser más “útil”? Este milagro esta relatado en Juan, capítulo 2.

  1. Jesús y sus discípulos estaban en una fiesta y se acabó el vino.
  2. Jesús aún no era conocido, ya que no había realizado milagros.
  3. Entonces Jesús ordena que se llenen seis tinajas de piedra con agua.
  4. Luego, pide que saquen un poco para llevar al encargado del banquete.
  5. Y el agua se había convertido en vino.

Y en el mejor vino, porque superó lo que se había ofrecido hasta entonces. Con este milagro, Jesús anunciaba el comienzo de su ministerio. El vino simboliza la alegría en varias partes de la Biblia (lea Salmos 4:7). El vino se acabó y junto con él la alegría de la fiesta.

Pero Jesús ha venido para devolvernos nuestra alegría. Él vino a traer transformación. Y más, lo que Cristo nos trae es mejor que cualquier cosa que hayamos probado. Jesús transformó el agua en vino para revelar su poder y propósito en la tierra: transformar y traer devuelta la alegría a nuestras vidas.

Oración: Señor, ¡te agradezco por venir a este mundo para devolver mi alegría! Amén! Versículo base: “Ésta, la primera de sus señales, la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en él.” (NVI) João 2: 11 Bernardo Reinke es brasileño, cristiano, miembro de la Iglesia Cuadrangular Carismática, en Ibague, Colombia.