Vinos de misa y vinos de sacristía – Granada – Noticias, última hora, vídeos y fotos de Granada Empezamos otra Semana Santa atípica, la segunda desde el comienzo de la pandemia del Covid-19 en España. No habrá procesiones ni actos multitudinarios en las calles pero muchos feligreses católicos se acercarán a los templos para asistir a misa o simplemente rezar unas oraciones en estos días claves para esta religión.
- Y pensando en ello, me vino a la cabeza el tema de este artículo porque el vino es más que vino: es cultura, tradición y hasta religión.
- No cabe duda que el vino juega un importante papel en la historia de la religión Cristiana.
- Una bebida que se bendice, que aparece en diversos pasajes de la Biblia.
- Sin duda conocemos el pasaje en el que Jesucristo transforma el agua en vino en una boda celebrada en Caná de Galilea; al igual de su importancia en la última cena, cuando el predicador les recita a sus discípulos ” tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre”.
El vino en el Evangelio es un emblema de bonanza, una parte fundamental de la alimentación junto al pan o al aceite; un símbolo de amistad, de amor entre los hombres. Si bien es cierto, son varias las referencias en las escrituras sagradas que aconsejan beberlo con moderación.
Por ello, el vino de misa, vino de consagrar o vino de comunión es el vino utilizado en las liturgias cristianas y, en particular, en la misa. En el momento de la consagración, el dogma (del griego δόγμα: «doctrina» o «precepto») católico afirma que el vino de misa se convierte realmente en sangre. A este fenómeno se le llama la transubstanciación (transformación de una substancia, el vino, en otra, la sangre de Cristo, perdurando los accidentes del vino: su color, forma, cantidad, gusto, olor.).
«El vino para la celebración eucarística debe ser “del producto de la vid” (Cf. Lc 22, 18), natural y puro, es decir, no mezclado con sustancias extrañas.» (Instrucción General del Misal Romano, 322). Habitualmente, llevan en su etiqueta la leyenda “Apto para la Santa Misa”.
- En caso de urgencia, puede ser utilizado otro vino, siempre que sea de buena calidad, lo que expresa la dignidad que tiene el culto litúrgico.
- Algunos ejemplos de vinos tradicionalmente usados para la misa son mayoritariamente los siguientes en España: Pajarete, Moscatel, Mistela, Tarragona, Terra Alta El vino de Misa para consagrar puede ser comprado en distintos envases aunque el más común es la botella de cristal.
El cristal es un elemento neutro a la venta, botellas de cristal de 75 cl. de vino de misa. Otro de los envases en el que lo encontramos a la venta es el conocido como bag in box, Este sistema de envasado es relativamente reciente. Se empezó a probar con distintos para conservar distintos líquidos hace décadas.
En vista de los grandes resultados que se obtuvieron, se decidió emplear el bag in box para envasar y conservar el vino de misa. El envase bag in box (bolsa en caja) es un estupendo método para conservar el vino de Misa para consagrar. Es un envase con mayor capacidad que las botellas de cristal. Es posible conservar una mayor cantidad de vino de Misa en perfecto estado.
Esto es especialmente interesante para Iglesias con un gran número de celebraciones Litúrgicas. También es importante para determinadas épocas del Año Litúrgico en las cuales celebramos misa de manera más frecuente. Pero ¡ojo!. No hay que confundir el Vino de Misa con el vino de sacristía.
La sacristía (del latín sacre, sagrado) es el lugar donde se revisten los sacerdotes y donde están guardados los ornamentos y otras cosas pertenecientes al culto. Pero en la cultura del vino se conoce así al lugar donde se guardan los vinos más preciados o los consumidos por la familia propietaria de la bodega.
En el ámbito de la denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry se conoce como VORS (del latín Vinum Optimum Rare Signatum) a unos vinos de Jerez de vejez calificada de más de 30 años, que son certificados por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen, en base a las peculiaridades de su crianza y a un vejez promedio superior a los 30 años.
En el año 2000, el Consejo Regulador estableció la regulación y comercialización de esta categoría o denominación de vinos de carácter excepcional, que eran conocidos tradicionalmente como “vinos de sacristía”, pero que pueden ser o no aptos para la Consagración en la Misa. Algunos de estos vinos los podemos encontrar en tiendas especializadas y en portales de venta de vino en internet.
Que pasen una buena Semana Santa y que no falte buen vino, ni en la Iglesia ni en nuestras mesas. : Vinos de misa y vinos de sacristía – Granada – Noticias, última hora, vídeos y fotos de Granada
¿Cómo se llama el vino que toma el cura?
El vino de misa, el primer vino natural ¿Se han preguntado alguna vez qué vinos toman los sacerdotes durante la Eucaristía? No cabe duda que el vino juega un importante papel en la historia de la religión Cristiana. Una bebida que se bendice, que aparece en diversos pasajes de la Biblia.
- Sin duda conocemos el pasaje en el que Jesucristo transforma el agua en vino en una boda celebrada en Caná de Galilea; al igual de su importancia en la última cena, cuando el predicador les recita a sus discípulos “tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre”.
- El vino en el Evangelio es un emblema de bonanza, una parte fundamental de la alimentación junto al pan o al aceite ; un símbolo de amistad, de amor entre los hombres.
Si bien es cierto, son varias las referencias en las escrituras sagradas que aconsejan beberlo con moderación. Pero, ¿vale cualquier vino para Misa? No, no sirve cualquiera. Y su definición no va ligada al precio, ni a los meses de barrica, variedades o puntuaciones.
Una de las características fundamentales del vino de Misa es que debe ser un vino natural, sin aditivos. Las normativas de elaboración del vino de Misa para la Iglesia Católica se regularon en los concilios de Florentino y de Tridentino; pero fue un padre jesuita quien en 1944 publicó el libro ‘El Pan y el Vino Eucarístico’ donde recoge una estricta normativa sobre la elaboración de vinos aptos para la consagración.
Los vinos para Misa deben proceder exclusivamente de vitis vinífera de cualquier variedad, pero no son válidos si proceden de vides salvajes. La normativa dice que se prefieren los vinos dulces, por aquello de que los sacerdotes deben tomarlo en ayunas y de esa manera les facilita su fácil consumo, aunque también pueden ser vinos secos.
La variedad italiana Moscato es muy común para elaborar vinos de Misa. El contenido en azúcares debe provenir de forma natural, no se permite la chaptilización, ni la adición de mosto o mistelas antes de la fermentación; aunque sí se permite la pasificación de la uva. Durante la Eucarística sí que está permitido añadir un poco de agua o mosto al vino, ya que normalmente presentan alta graduación alcohólica.
Tampoco está admitida la adición de alcohol, excepto para parar la fermentación alcohólica y dejar una importante cantidad de azúcar residual. Es interesante señalar que el vino eucarístico debe ser fermentado con levaduras naturales, excepto cuando haya problemas con el arranque de la fermentación alcohólica, y no se permite el uso de aditivos como colorantes y conservantes –por ejemplo el sulfuroso-, excepto algunos naturales como la clara de huevo.
- Con respecto a las variedades, como hemos comentado es usual que el vino de Misa se elabore con Moscato por su dulzor, pero también depende de la zona de producción.
- En la Iglesia Católica se prefiere el vino de uvas blancas, bien maduras, mientras que en la Iglesia Ortodoxa se apuesta por el vino tinto debido a su parecido con la ‘sangre de Cristo’.
La religión judía también tiene su propio vino, el Kosher, pero de él hablaremos en un próximo post. : El vino de misa, el primer vino natural
¿Qué tipo de vino es el vino para consagrar?
Es un vino blanco dulce, de aroma frutal, elaborado con uvas de la variedad Moscatel, adicionado de finos destilados de uva y reposados en barricas de roble blanco. Olor: Aroma suave, ligeramente amaderado y de buen gusto.
¿Qué vino usan los padres para consagrar?
Las características del vino para consagrar – Según el Código de Derecho Canónico, en el canon 924, el vino para la consagración debe ser natural, del fruto de la vid, y no corrompido, Es decir, no se puede agregar ningún aditivo ni preservante. Así pues, este tipo de vinos deben proceder exclusivamente de la Vitis Vinífera de cualquier variedad (aunque una de las más utilizadas es la moscatel), por lo que no se pueden utilizar vides consideradas como salvajes.
- Su contenido de azúcares debe provenir de forma natural, ya que no se permite añadir azúcares ni mosto antes de la fermentación.
- El agregar colorantes y conservantes también está prohibido.
- La fermentación tiene que ser realizada con levaduras naturales, excepto que exista por algún motivo problemas con el arranque de la fermentación alcohólica.
Por lo tanto, si por el tipo de uva el vino adquiere un tono tinto, blanco o rosado, será válido su uso, siempre y cuando se respeten las características de producción ya mencionadas. Y aunque el Derecho Canónino no menciona nada sobre si el vino debe ser dulce, seco o semiseco; en este ámbito suelen usarse y gustar los caldos dulces,
¿Qué grado de alcohol tiene el vino de consagrar?
El vino, al ser una bebida fermentada, cuenta con una graduación alcohólica que oscila entre los 3,5 y los 15 grados. ¿Ello tiene alguna explicación desde el punto de vista de la fermentación o de la maceración de la uva? – Debemos conocer, primeramente, que al ser la materia prima del vino la uva, es casi imposible conseguir mediante la fermentación más de un 15% de volumen de alcohol, ya que a partir de esa graduación deja de transformarse el azúcar en alcohol.
El alchohol del vino depende del que produzca su fermentación. El máximo grado de alcohol que suelen tener los vinos es de 15 grados, a excepción de los vinos de Jerez y de Oporto, que como vinos licorosos, generososos o fortalecidos tienen una graduación más elevada. En el mundo del vino se habla de “fortalecer” cuando se le añade alcohol no proveniente de la fermentación del mosto al vino.
Como sinónimo de fortalecer también se utiliza el verbo encabezar. El alcohol del vino está compuesto por varios componentes: – el etanol que es el que se expresa en la etiqueta del vino, por ser el de mayor porcentaje, – el glicerol, que da suavidad y ligero dulzor a los vinos.
Este alcohol es el primero que nace de la fermentación del vino. Los enólogos son conocedores de que a mayor temperatura que se alcance en la fermentación, más glicerol obtendremos. El glicerol cuenta con una densidad que se deja ver en la fase visual del análisis sensorial del vino. Cuando movemos la copa podemos apreciar en las paredes de ésta unas lágrimas o piernas que son definitorias del alcohol o glicerol que posee el vino.
Cuánto más densas sean estas lagrimas, y más lentas sean, más glicerol o alcohol nos dice el vino que tiene. – el metanol, el butanodiol, el sorbitol, y el manitol en muy pequeña concentración. La maduración de la uva guarda una estrecha relación con los niveles de alcohol que puede tener un vino.
- Desde el envero hasta el momento de la vendimia, la uva además de aumentar de peso, de color, de los niveles de potasio, y de perder su ácidez y la resistencia del hollejo, aumenta su nivel de azúcar.
- Por ello, si el enólogo quiere controlar los niveles de alcohol del vino, ha de estar pendiente del momento de la vendimia, analizando semanalmente el azúcar acumulado.
El grado de la uva que es el grado que va ha tener el vino, depende de la acumulación de azúcares. Cada 17,5 gramos de azúcar contenidos en un litro de mosto dará un 1 % en volumen de alcohol (1 grado). Actualmente el modo más sencillo de conocer el grado es usando el refractómetro que con solo una gota de mosto, fluido de la uva, nos da su riqueza azucarada.
La dificultad estriba en que esa gota sea una gota media, representativa. Para lograrlo y puesto que se sigue la maduración semanalmente, se marcan cinco cepas en la viña y cada semana se toman diez bayas de los hombros de sus racimos. Se reúnen, se estrujan y se lee el grado refractométrico. Generalmente los refractómetros dan ya la conversión en grados que va ha tener el vino como Alcohol Probable (AP).
Los grados de alcohol en el vino los agrupamos en cuatro: – Muy baja (menos de 12,5%) – Moderadamente baja (12,5 a 13,5%) – Alta (13,5 a 14,5%) – Muy alto (más del 14,5 por ciento) Los vinos, “habitualmente”, se hallan entre valores de alcohol de 10 a 14° (diez a catorce grados).
- Los vinos tintos suelen estar comprendidos entre 12 y 13° y los blancos y rosados entre 10 y 12°.
- La cuestión no es simple para los blancos y rosados.
- Hace años gustaban estos vinos con 13° y envejecidos en roble.
- Hoy este tipo de vino es minoritario, para consumidores limitados, mientras el mercado demanda blancos y rosados de menor grado.
No obstante, se detecta una tendencia a la vuelta a los blancos con crianza en madera. La graduación alcohólica o grado alcohólico volumétrico de una bebida alcohólica es la expresión en grados del número de volúmenes de alcohol (etanol) contenidos en 100 volúmenes del producto, medidos a la temperatura de 20 ºC.
¿Qué vino tomaban en la Biblia?
Vino tinto en Palestina – La propia Biblia asegura en uno de sus pasajes que lo primero que hizo Noé cuando bajaron las aguas del diluvio fue plantar una viña. Una bebida que también ha estado presente en otros capítulos históricos, como el citado relacionada con la Santa Cena.
El imperio Romano fue una de las civilizaciones que propagó más enérgicamente el cultivo de la vid, plantándola en gran parte de su extenso territorio. De la antigua Grecia aprendieron algunos costumbres como rebajar su alta graduación alcohólica con agua en proporciones dependientes. Aunque el vino preferido por los romanos era el blanco, en las regiones de Palestina se consumía más el vino tinto, que es el tipo de caldo que siempre se nombra en la Biblia.
Aún así, en esa zona también existía la práctica de agregar al vino agua, e incluso miel o especias. Una técnica que, unidos a otros métodos como dejar las uvas expuestas a la acción de humo caliente, le daba a la bebida cierto sabor ahumado, según detallan algunos historiadores de la época citados por el sommelier Diego Di Giacomo, en algunos de sus artículos sobre el tema.
¿Qué es el vino de Cristo?
Resumiendo, el vino que bebió Jesús en su última cena pudo haber sido un caldo algo dulce y especiado, con unos 10 grados de alcohol y proveniente de la vinificación de una variedad de uvas antepasado de la Syrah.
¿Cómo se llama el vino de la Eucaristía?
Vinos de misa y vinos de sacristía – Granada – Noticias, última hora, vídeos y fotos de Granada Empezamos otra Semana Santa atípica, la segunda desde el comienzo de la pandemia del Covid-19 en España. No habrá procesiones ni actos multitudinarios en las calles pero muchos feligreses católicos se acercarán a los templos para asistir a misa o simplemente rezar unas oraciones en estos días claves para esta religión.
- Y pensando en ello, me vino a la cabeza el tema de este artículo porque el vino es más que vino: es cultura, tradición y hasta religión.
- No cabe duda que el vino juega un importante papel en la historia de la religión Cristiana.
- Una bebida que se bendice, que aparece en diversos pasajes de la Biblia.
- Sin duda conocemos el pasaje en el que Jesucristo transforma el agua en vino en una boda celebrada en Caná de Galilea; al igual de su importancia en la última cena, cuando el predicador les recita a sus discípulos ” tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre”.
El vino en el Evangelio es un emblema de bonanza, una parte fundamental de la alimentación junto al pan o al aceite; un símbolo de amistad, de amor entre los hombres. Si bien es cierto, son varias las referencias en las escrituras sagradas que aconsejan beberlo con moderación.
- Por ello, el vino de misa, vino de consagrar o vino de comunión es el vino utilizado en las liturgias cristianas y, en particular, en la misa.
- En el momento de la consagración, el dogma (del griego δόγμα: «doctrina» o «precepto») católico afirma que el vino de misa se convierte realmente en sangre.
- A este fenómeno se le llama la transubstanciación (transformación de una substancia, el vino, en otra, la sangre de Cristo, perdurando los accidentes del vino: su color, forma, cantidad, gusto, olor.).
«El vino para la celebración eucarística debe ser “del producto de la vid” (Cf. Lc 22, 18), natural y puro, es decir, no mezclado con sustancias extrañas.» (Instrucción General del Misal Romano, 322). Habitualmente, llevan en su etiqueta la leyenda “Apto para la Santa Misa”.
- En caso de urgencia, puede ser utilizado otro vino, siempre que sea de buena calidad, lo que expresa la dignidad que tiene el culto litúrgico.
- Algunos ejemplos de vinos tradicionalmente usados para la misa son mayoritariamente los siguientes en España: Pajarete, Moscatel, Mistela, Tarragona, Terra Alta El vino de Misa para consagrar puede ser comprado en distintos envases aunque el más común es la botella de cristal.
El cristal es un elemento neutro a la venta, botellas de cristal de 75 cl. de vino de misa. Otro de los envases en el que lo encontramos a la venta es el conocido como bag in box, Este sistema de envasado es relativamente reciente. Se empezó a probar con distintos para conservar distintos líquidos hace décadas.
En vista de los grandes resultados que se obtuvieron, se decidió emplear el bag in box para envasar y conservar el vino de misa. El envase bag in box (bolsa en caja) es un estupendo método para conservar el vino de Misa para consagrar. Es un envase con mayor capacidad que las botellas de cristal. Es posible conservar una mayor cantidad de vino de Misa en perfecto estado.
Esto es especialmente interesante para Iglesias con un gran número de celebraciones Litúrgicas. También es importante para determinadas épocas del Año Litúrgico en las cuales celebramos misa de manera más frecuente. Pero ¡ojo!. No hay que confundir el Vino de Misa con el vino de sacristía.
La sacristía (del latín sacre, sagrado) es el lugar donde se revisten los sacerdotes y donde están guardados los ornamentos y otras cosas pertenecientes al culto. Pero en la cultura del vino se conoce así al lugar donde se guardan los vinos más preciados o los consumidos por la familia propietaria de la bodega.
En el ámbito de la denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry se conoce como VORS (del latín Vinum Optimum Rare Signatum) a unos vinos de Jerez de vejez calificada de más de 30 años, que son certificados por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen, en base a las peculiaridades de su crianza y a un vejez promedio superior a los 30 años.
- En el año 2000, el Consejo Regulador estableció la regulación y comercialización de esta categoría o denominación de vinos de carácter excepcional, que eran conocidos tradicionalmente como “vinos de sacristía”, pero que pueden ser o no aptos para la Consagración en la Misa.
- Algunos de estos vinos los podemos encontrar en tiendas especializadas y en portales de venta de vino en internet.
Que pasen una buena Semana Santa y que no falte buen vino, ni en la Iglesia ni en nuestras mesas. : Vinos de misa y vinos de sacristía – Granada – Noticias, última hora, vídeos y fotos de Granada
¿Dónde puedo comprar el vino de consagrar?
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Domecq Artículo agotado
¿Cómo se llama la copa de vino del Padre?
La palabra ‘cáliz’ proviene del latín ‘calix’, que significa copa. Su ligazón a temas religiosos tiene dos vertientes, la primera por ser la copa donde se consagra el vino durante la misa y la segunda por la frase del mismo Jesús cuando dirigiéndose a Dios padre le dice : ‘
¿Cuántos grados tiene el vino de misa?
4 años Botella 75cl Ficha analítica Grado alcohólico: 15º Variedad de uva: Pedro Ximénez.
¿Cuánto cuesta una botella de vino para consagrar?
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¿Qué beneficios tiene el vino de consagrar?
Vino para consagrar Santa Elisa fino seco – Es un vino elaborado en Jerez de la frontera, España y producido por la onceava mejor viña del mundo, la Gonzalez Byass, con un tiempo de añejamiento de 4 años en barricas de roble francés. Presenta color blanco brillante a dorado, de aromas punzantes y delicados, con ligeros recuerdos almendrados y notas de masa fresca de pan y hierbas del campo que le dan un paso por el paladar muy seco, delicado y ligero.
- El vino para consagrar tiene un significado de gran importancia dentro de las creencias religiosas, y es que la eucaristía recuerda a toda la feligresía la entrega del cuerpo y sangre de Cristo.
- Sus 12 apóstoles, comieron el pan y bebieron el vino junto a Jesús, quién les ordenó celebrar esta ceremonia hasta su retorno.
Por lo que, tanto dentro de la Iglesia Católica como de la Ortodoxa el vino para consagrar no es algo que se tome a la ligera y siempre se busque calidad, naturalidad y dulzura. : Vinos para consagrar ¿Qué tipo se puede utilizar en una consagración?
¿Que le dieron a beber a Jesús en la cruz?
Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Después de beber el vinagre, dijo Jesús : «Todo se ha cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu.
¿Cómo era el vino de los judíos?
Vino Kosher, el vino apto en la religión judía Kosher es un término hebreo que significa “puro” y comprenderemos enseguida a qué se debe esta denominación. El vino kosher es un vino ritualmente apto para la religión judía, podría ser cualquier vino, pero para lograr su certificación es necesario que, desde la cepa, su elaboración sea controlada por una persona cualificada de religión judía.
Empezando por el viñedo, éste tiene que tener, al menos, cuatro años y las cepas crecer solas. Cada siete años, el suelo debe reposar, aunque si el viñedo cambia de propietario en este periodo se puede omitir este requerimiento. Se debe realizar el último abonado orgánico dos meses antes de la vendimia.
PANACOTA DE VINO TINTO rápida y deliciosa Las uvas deben ser cuidadosamente recogidas y transportadas, pues deben llegar enteras, sanas y bien maduras. Sólo un judío puede tocar y prensar la uva para transformarla en mosto de vino y la maquinaria u objetos que entren en contacto en la elaboración del vino, habrán sido anteriormente limpiados bajo la vigilancia de un rabino.
- Durante la vinificación, que debe realizarse en cubas de acero inoxidable en lugar de barricas de madera, está prohibido el uso de levaduras seleccionadas, enzimas y bacterias y sólo se puede clarificar con el mineral de arcilla, pues otros productos de origen animal son impuros.
- No está permitido que una persona que no sea judía vea el vino, por eso todo en la bodega está sellado.
Ni siquiera un enólogo que pertenezca a la bodega y no sea judío puede acceder, éste dispone de una barrica para hacer su labor de seguimiento e informa al rabino de cómo se debe proceder. Una vez embotellado el vino (en botellas nuevas), el 1% se vende en beneficio de los pobres y si el rabino considera que su elaboración ha cumplido todas las reglas, estampará el sello Kosher.
Pero ahí no termina el proceso de un vino kosher, el vino debe ser abierto y servido por un judío, pues si no, perdería su condición sagrada, pero puede ser consumido por todos, que podremos apreciar la cuidada selección y elaboración. La primera bodega española que destinó parte de su elaboración al vino kosher fue Bodegas Capçanes (D.O.
Montsant), pero actualmente se elaboran también en Navarra, Jerez, Utiel-Requena, Penedès, Valdeorras, Ribera de Júcar y Madrid. Más información | Más información | : Vino Kosher, el vino apto en la religión judía
¿Que vino a dar Jesús?
“El símbolo de Jesús y del lugar que ocupa en nuestros corazones debe ser una vida totalmente entregada a Su servicio, a amar y cuidar a los demás”. Cuando Jesús fue llevado ante Pilato, después de una obscura noche llena de odio, de insultos y de maltrato, el orgulloso Procurador romano rápidamente pudo darse cuenta de que éste no era un hombre común.
Jesús no manifestó ninguna actitud servil ni el falso valor característico de aquellos que suplicaban misericordia ante el poder del imperio de Roma; sino que permaneció en silencio ante el orgulloso romano; con la cabeza erguida, majestuoso, con porte dócil pero al mismo tiempo digno de un rey. “¿Luego, eres tú rey?”, inquirió Pilato ( Juan 18:37 ).
Jesús, el Rey de Reyes, cuyo Padre le hubiera dado “más de doce legiones de ángeles” ( Mateo 26:53 ) si tan sólo se lo hubiera pedido, cuya gloria y majestad trascendían cualquier cosa que Pilato o cualquier otro hombre hubiese podido comprender, respondió con sencillez: “Tú dices que yo soy rey.
Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad” ( Juan 18:37 ). Pilato, un hombre débil e indeciso, carente de integridad e indiferente a los principios correctos, replicó en tono cínico: “¿Qué es la verdad?” ( Juan 18:38 ). Luego, aunque no halló en Jesús ningún delito y además sabía con certeza que Él no era ningún agitador político ni una amenaza para el poder y la autoridad de Roma, Pilato cedió a la presión de la multitud sedienta de sangre, y entregó a Cristo a quienes lo irían a crucificar.
“Para esto he venido al mundo”. ¿Y qué era esto ? ¿Por qué Jesús, el Señor Dios omnipotente, que se sienta a la diestra del Padre, creador de mundos sin fin, legislador y juez, condescendió venir a la tierra para nacer en un establo, vivir la mayor parte de su existencia terrenal en la obscuridad, caminar por los polvorientos senderos de Judea proclamando un mensaje al que violentamente muchos se oponían, para ser al final traicionado por uno de Sus allegados más íntimos, y morir entre dos malhechores en la sombría colina del Gólgota? Nefi, que se glorió en “Jesús, porque él ha redimido mi alma del infierno” ( 2 Nefi 33:6 ) comprendía la motivación de Cristo: “Él no hace nada a menos que sea para el beneficio del mundo; porque él ama al mundo, al grado de dar su propia vida para traer a todos los hombres a él” ( 2 Nefi 26:24 ).
El amor que sentía por todos los hijos de Dios fue lo que llevó a Jesús, único en su perfección sin pecado, a ofrecerse como rescate por los pecados de los demás. Como dice la letra de un himno predilecto: “Pues el Señor Su vida dio y con Su sangre nos salvó” ( Himnos, N° 106). Ésa fue, entonces, la causa sublime que trajo a Jesús a la tierra a “sufrir y por los hombres a morir”.
Vino como “cordero sin mancha y sin contaminación” ( 1 Pedro 1:19 ) para expiar nuestros pecados para que Él, al ser levantado sobre la cruz, pudiese atraer a sí mismo a todos los hombres (véase 3 Nefi 27:14 ). Según las acertadas palabras de Pablo: “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” ( 1 Corintios 15:22 ).
El símbolo de su triunfo sobre la muerte es la tumba vacía. Aquel al que “levantó Dios al tercer día” ( Hechos 10:40 ) desató las “ligaduras de esta muerte temporal, de modo que todos se levantarán” ( Alma 11:42, cursiva agregada) y lograrán “la victoria sobre la tumba” ( Mormón 7:5 ). En Él “el aguijón de la muerte es consumido” ( Mosíah 16:8 ).
No obstante, Jesús vino a traer no sólo la inmortalidad, sino también la vida eterna a los hijos de nuestro Padre. A pesar de que la Expiación de Cristo proporciona la resurrección de las personas de todo el universo, ya sea que lo merezcan o no, el don de la vida eterna, o sea la vida con el Padre y el Hijo, en Su presencia perfecta, está reservado para los fieles, para aquellos que manifiestan su amor por Cristo mediante su deseo de seguir Sus mandamientos y hacer convenios santos y guardarlos.
- El que tiene mis mandamientos, y los guarda”, nos recuerda Jesús, “ése es el que me ama” ( Juan 14:21 ).
- Tal como lo han declarado los profetas a través de los tiempos, únicamente si hacemos convenios sagrados y los guardamos, esos sagrados acuerdos celestiales entre Dios y el hombre, llegaremos a ser “participantes de la naturaleza divina” y escapar a “la corrupción que hay en el mundo” ( 2 Pedro 1:4 ).
Antes que nada, Jesús vino a la tierra como el Salvador expiatorio que murió para que todos pudiesen tener “paz en este mundo y la vida eterna en el mundo venidero” ( D. y C.59:23 ). Sin embargo, vino también por otra razón: para servir como ejemplo para todos del potencial divino del hombre, la norma mediante la cual debemos medir nuestra vida.
Aquel que proclamó Su divinidad a la mujer samaritona en el pozo de Jacob (véase Juan 4 ) nos exhorta a ser “aun como yo soy” ( 3 Nefi 27:27 ), a ser perfectos “como yo, o como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” ( 3 Nefi 12:48 ). Desde lo más hondo de esa inefable perfección, Él nos hace el llamado de cuidar a los enfermos, a los pobres, a los afligidos, a orar y a sentir compasión hacia todos los hijos de Dios, porque “Dios no hace acepción de personas” ( véase Hechos 10:34 ).
Para Él no hay barreras de raza, género ni idioma: Según explicó Nefi: “a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres; y se acuerda de los paganos; y todos son iguales ante Dios” ( 2 Nefi 26:33 ).
A aquellos de entre nosotros que se preguntan quién es nuestro prójimo, Él habló del buen samaritano; del pastor que dejó a sus noventa y nueve ovejas para ir a buscar a la que se le había perdido; y del hombre que “hizo una gran cena” a la cual invitó “a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos” ( Lucas 14:16,21 ).
Jesús, el Maestro Supremo, a menudo enseñaba verdades eternas que extraía de las experiencias comunes de la vida. Una de esas lecciones tiene que ver con la necesidad que tenemos de dar con espíritu de sacrificio y con la verdadera intención de bendecir a los que sean menos afortunados que nosotros.
- Lucas anotó en el registro que cuando Jesús se sentó en el templo, observaba a los que ponían sus ofrendas en el arca de las ofrendas.
- Algunos depositaban su obsequio con actitud piadosa y sinceridad de propósito, pero otros, aunque daban grandes sumas de plata y oro, lo hacían de manera ostentosa, principalmente para ser vistos de los hombres.
Entre las largas filas de donantes se encontraba una viuda pobre, quien depositó en el arca de las ofrendas todo lo que tenía, dos pequeñas monedas de bronce conocidas como blancas, que juntas sumaban menos que el valor de medio centavo en dinero americano.
Percatándose de la desproporción que había entre lo que ella dio y las ofrendas cuantiosas de algunos otros, Jesús proclamó: “En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos”. Si bien el rico había dado de su abundancia, “ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía” ( Lucas 21:1–4 ).
Jesús sabía que la cantidad que damos no es lo que importa. De acuerdo con la aritmética de los cielos, el valor lo determina la calidad y no la cantidad. Para Dios, lo que es aceptable es la intención del corazón y de la mente bien dispuesta (véase 2 Corintios 8:12 ).
- Jesús sentía un amor especial hacia los niños.
- Tanto en el viejo continente como en el nuevo, los exhortó a venir a Él (véase Lucas 18:16 ; 3 Nefi 17:21–24 ).
- En el registro nefita se encuentra asentado el dulce testimonio del tierno amor que Cristo tiene hacia los pequeñitos: “y tomó a sus niños pequeños, uno por uno, y los bendijo, y rogó al Padre por ellos.
“Y cuando hubo hecho esto, lloró” ( 3 Nefi 17:21–22 ). Jesús sabía que los niños son puros y sin pecado, “si no os volvéis y os hacéis como niños”, dijo, “no entraréis en el reino de los cielos” ( Mateo 18:3 ). El rey Benjamín, el gran profeta nefita, explicó lo que significa llegar a ser como un niño: “sumiso, manso, humilde, paciente, lleno de amor y dispuesto a someterse a cuanto el Señor juzgue conveniente imponer sobre él” ( Mosíah 3:19 ).
En un mundo en el que día a día presenciamos tanta indiferencia insensible hacia los menos afortunados, Jesús habló de la necesidad de dar de comer al hambriento, de dar de beber al sediento, de dar albergue al forastero, de vestir al desnudo y de visitar a los enfermos y a los encarcelados. En una de las pruebas más difíciles del ser un discípulo de Cristo, el Señor nos exhortó: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” ( Mateo 5:44 ).
Nos recordó que al hacer actos de caridad en beneficio de los demás, incluso de aquellos que algunos consideran los “más pequeños”, “a mí lo hicisteis” (véase Mateo 25:35–45 ). Enseñó no sólo acerca de la obligación que tenemos de ayudarnos los unos a los otros temporalmente, sino también en cuanto a las consecuencias poderosas, eternas y espirituales que esto conlleva.
En verdad, todos Sus mandamientos, al final de cuentas, son espirituales y no sólo temporales. Por lo tanto, las Escrituras nos amonestan que “a fin de retener la remisión de pecados de día en día, para que sin culpa ante Dios de bienes al pobre, cada cual según lo que tuviere” ( Mosíah 4:26 ). Por tanto, a fin de cuentas, la mejor manera de manifestar nuestra devoción a Cristo y nuestro deseo de seguir Sus pasos es por la forma en que vivimos y le servimos.
El símbolo de Jesús y del lugar que ocupa en nuestros corazones debe ser una vida totalmente entregada a Su servicio, a amar y cuidar a los demás, a una consagración total a Cristo y a Su causa; a un renacimiento espiritual que produce “un gran cambio” en nuestros corazones y nos prepara para recibir “su imagen en rostros” ( Alma 5:13–14 ).
- El tomar el nombre del Señor sobre nosotros significa que estamos dispuestos a hacer cualquier cosa que Él requiera de nosotros.
- Alguien ha dicho que el precio de una vida cristiana es el mismo de siempre: es sencillamente dar todo lo que poseemos sin retener nada, ” todos pecados para conocer ” ( Alma 22:18 ).
Cuando no vivimos de acuerdo con las normas del Señor por pereza, indiferencia o iniquidad; cuando somos inicuos o crueles, egoístas, sensuales o frívolos; en cierto sentido estamos crucificando de nuevo al Señor. Cuando en todo momento nos esforzamos por ser lo mejor; cuando estamos al cuidado de los demás y les servimos; cuando superamos el egoísmo con el amor; cuando ponemos el bienestar de los demás antes que el nuestro; cuando llevamos las cargas los unos de los otros y ” con los que lloran”; cuando ” a los que necesitan de consuelo, y testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar” ( Mosíah 18:8–9 ), es entonces que honramos al Señor, recibimos Su poder y llegamos a ser más y más como Él, haciéndonos más y más resplandecientes, si perseveramos, “hasta el día perfecto” ( D.
Y C.50:24 ). No hay voz que pueda declarar, ni lengua que pueda proclamar la plenitud del ejemplo indescriptible de Cristo. Las palabras de Juan, el amado, dicen: “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir” ( Juan 21:25 ).
Termino en donde comencé, con las majestuosas palabras de Cristo a Pilato: “Para esto he venido al mundo”. Cuan agradecidos debíamos estar de que Él vino hace dos mil años, para expiar nuestros pecados y establecer el ejemplo para nuestras vidas. Nosotros proclamamos esa gran verdad a todo el mundo.
¿Cómo era el vino de los tiempos de Jesús?
El jugo de uva se guardaba en odres o en pieles de cabra, y tras su fermentación, solo los mejores vinos, puros y sin aditamentos, se depositaban en tinajas durante algún periodo para que se tornen más fáciles de beber por la acción del tiempo.
¿Cómo se llama el vino de misa en Argentina?
Lo elabora la bodega Cabrini, fundada hace 102 años en Mendoza. Es un tinto licoroso aprobado por el Arzobispado para la celebración católica. – Cuando bajó de un barco en el puerto de Buenos Aires en 1896, Leandro Cabrini no tenía idea de que un día sus vinos de misa cruzarían el océano igual que él pero en el sentido opuesto, de Argentina a Italia, desde Mendoza hasta el Vaticano,
- En Poviglio, su pequeño pueblo natal, había sido agricultor, pero no fue hasta varios años después, cuando se instaló en la provincia cuyana, que comenzó a aprender sobre el cultivo de la vid.
- Junto a su esposa, Virginia Fava, -también inmigrante italiana- plantó su primer viñedo con uvas Malbec en 1918 en terrenos de Perdriel.
Dos años antes, uno de sus hijos, Guillermo, había sido ordenado sacerdote salesiano. Fue Guillermo quien tomó la iniciativa de que la bodega comience en 1939 a elaborar el vino licoroso que se utiliza en la celebración de la misa católica, algo que los Cabrini siguen haciendo hasta hoy, con una producción de 70 mil litros al año. Leandro Cabrini y su hijo Guillermo, sacerdote, comenzaron a elaborar vino de misa en 1939. “Usamos uvas Malbec pero también Sangiovese, Lambrusco y Bonarda en diferentes proporciones”, cuenta a Clarín Hugo Cabrini, bisnieto del fundador, quien hoy se ocupa de la administración de la empresa familiar. La entrada de la Bodega Cabrini en Perdriel, Luján de Cuyo, Mendoza. Aunque los Cabrini no son los únicos que producen este tipo de vino en Argentina, la suya es una de las etiquetas más reconocidas, con 81 años de trayectoria y el aval del Arzobispado de Mendoza, que les extiende certificados periódicos para autorizarlos. Los hermanos Mauricio, Hugo y Fernando Cabrini son la cuarta generación haciendo vino de misa en Bodega Cabrini. La cuarta generación de la familia Cabrini está conformada, además de Hugo, por sus hermanos Fernando y Mauricio y una sobrina, Victoria, quienes completan el equipo enológico.
¿Cómo era el vino que tomaban los romanos?
En la época imperial, su consumo estaba en torno a 1-5 litros por persona y día. Había en Roma diferentes variedades de este caldo: mostum, merum y mulsum. El primero era solo zumo de uva. El merum adquiría el grado de vino puro, zumo de uva fermentado sin aditivos.
¿Qué es el vino para los cristianos?
Una de las mayores muestras de la importancia del vino en la cultura, sobre todo en la cultura mediterránea es el cómo ha llegado a formar parte de los símbolos más importantes a lo largo de la historia, sobre todo a las religiones. – El vino era un producto consumido por la nobleza y relacionado con las diferentes religiones, ya que había divinidades específicas que protegían los cultivos; desde el Soma védico, el Sabazio tracio, el dios egipcio Osiris y el Amón de los libios.
En la religión griega, el dios Dionisos le entrega la planta de la vid a Ampelo quién enseña el cultivo a los hombres. Al dios del vino se le re- presenta ornado con los racimos y las hojas de la vid, y es un dios contradictorio que produce placer y dolor. Muchas veces el dios va acompañado de Sátiros, Ménades y Bacantes; y así lo veremos representado en la época clásica y hasta llegar el siglo XVIII.
La adaptación romana del dios griego es Baco con similares virtudes. Las fiestas relacionadas con este dios estaban vinculadas con el ciclo del cultivo de la vid. La religión clásica y las anteriores de corte politeísta sacralizaban el vino, bien por su origen o por su vinculación con el poder, en muchos casos de reyes-sacerdotes.
- Pero la implantación de la religión monoteísta también concede un papel muy importante al vino.
- En la Biblia se cita el vino, su cultivo, elaboración y consumo más de 150 veces.
- La vid en ese libro sagrado hace referencia a la Tierra Prometida, al ser un cultivo plurianual y continuado que precisa de población estable e instalada, no nómada como lo era anteriormente el pueblo de Israel.
La tierra prometida, en el libro sagrado, de Canaán es pródiga en viñedos y sus frutos son de enorme tamaño, como los que se presentarán en pinturas, relieves y fiestas en toda la Europa cristiana, y que también describe Estrabón en zonas de Armenia.
- En la normativa que la Biblia da a los judíos, existen numerosas re- glas, ya que tanto el fruto como el vino son muy importantes en la alimentación y en los rituales.
- El consumo de vino en las fiestas hebreas, va acompañado de bendiciones rituales al comienzo de cada comida y sobre todo en la cena del Sabat, al atardecer del viernes.
Sobre una mesa cubierta con manteles limpios se coloca el pan y el vino, en recuerdo del maná y de los racimos de uva. A lo largo de la cena ritual se bebe vino en cuatro ocasiones. La Biblia, como libro sagrado pero también recopilación de normas, castiga el abuso del vino, aunque se dan varios casos, en la obra reflejados.
- En la zona donde tradicionalmente se atribuye la aparición del cultivo de la vid, en el siglo VII, surge posteriormente una religión que pena- liza el consumo del vino.
- En tiempos pasados esos pueblos eran productores y consumidores, pero a partir de la promulgación de las normas del Corán el consumo está prohibido.
Algunos poetas y escritores árabes han alabado el vino, incluso después de la prohibición. Muchos países de religión musulmana han sido productores de vino, aunque algunos de ellos han reducido los cultivos, llegando en varios a desaparecer las plantaciones en los últimos años.
- Pero la viña como fruta para ser empleada en muchos platos de la cocina tradicional o para sus productos utilizarlos en la elaboración de perfumes, ha sido tradicional en los países árabes.
- En la religión cristiana el vino juega un papel muy importante, siguiendo la tradición judaica, pero intensificando su función dentro de la liturgia cristiana.
La metáfora del vino como sangre de Cristo, preside el ritual de la misa, y ésta imagen va a crear representaciones artísticas de todo tipo. El empleo del pan y el vino como especies que se convertirán en el cuerpo de Cristo, son de una vinculación con el mundo mediterráneo evidente.
La viña es la imagen de la Iglesia, como planta que crece, se extiende y da frutos, y son muy abundantes las referencias a la vid y al vino en los textos sagrados cristianos. En las representaciones artísticas la vid, sus frutos y el vino están presentes hasta nuestros días. Muchos de los retablos enclavados en zonas de viñedo en España reflejan en su decoración los frutos de la vid, y algunas veces en códices, pinturas y grabados van a aparecer motivos enológicos, que además los deberemos de tener en cuenta a la hora de inventariar el patrimonio artístico.
Podemos decir que los tres grupos religiosos monoteístas que han convivido en los países ribereños del Mediterráneo han cultivado la vid para diversos fines, siendo los cristianos y los judíos consumidores de vino en sus rituales y en la vida cotidiana.
¿Qué es un vino medicinal?
VINOS MEDICINALES – El vino, anatemizado por algunas religiones y culturas, y santificado por otras. Asociado con la transmutación sublime y a la vez con el dolce far niente, Este vino, que tanta inquietud causa a los encargados de los programas gubernamentales de salud, este vino, alguna vez fue parte de la medicina.
- Los vinos medicinales fueron muy importantes a lo largo de la historia.
- Algunos sitúan sus orígenes en la antigua Persia hace 9000 años, aunque el primer testimonio documentado se encontró en Egipto y data del año 3200 A.C.
- Donde por medio de análisis biomoleculares se determinó la presencia de sustancias medicinales activas en una vasija perteneciente a la momia de Horus Escorpion I.
Los efectos beneficiosos del vino sobre la salud eran socialmente conocidos y tuvieron una importancia crucial a lo largo de la historia, ya que siempre han estado ahí para dar fuerza y vigor al ser humano en sus momentos bajos, llegando a ser muy populares los vinos quinados y aquella fórmula francesa elaborada a base de coca que dio origen a la famosa Coca Cola.
Aquí cabe aclarar que actualmente le llamamos vino al producto de la fermentación de las uvas, sin embargo, los «vinos medicinales» que se podían hacer de diferentes hierbas, vino y destilados se elaboraban generalmente en pequeños laboratorios que se habilitaban al lado de las bodegas de vino. De ahí que se le llamara vino a cualquier tónico alcoholoso, aunque no llevara propiamente vino de uva en su composición.
Casi todos los vinos medicinales compartían las mismas propiedades, eran tónicos que reforzaban a las personas, puesto que producían una estimulación en los consumidores. Eran reconstituyentes y antianémicos. Fortificaban, vigorizaban, curaban, prevenían y además reconfortaban y alegraban, cosas estas dos últimas que la medicina convencional no consigue.
- Estos elixires vivieron su máximo esplendor a finales del siglo XIX y empezaron a desaparecer a mediados del siglo pasado de la farmacopea mundial.
- A pesar de esto, la cultura popular ha insistido en los efectos beneficiosos del vino en la salud, claro, con el debido respeto que al alcohol hay que guardar.
Sin embargo, es hasta 1989 cuando a partir de un estudio de la OMS se retoma el interés científico sobre los efectos del vino en la salud. Este estudio dio origen a la famosa «paradoja francesa», que suponía que el descenso de la mortalidad prematura por causas coronarias en Francia, tenía su fundamento en un consumo de vino sensiblemente mayor al de otros países.
A partir de entonces los estudios sobre el vino y su relación con la salud han continuado y cada vez se encuentran más virtudes medicinales en los componentes del vino tinto, que pueden ayudar a prevenir desde resfriados hasta infartos o derrames cerebrales y otros males. Sin embargo, debemos advertir que hay otras corrientes de opinión que consideran al alcohol perjudicial desde la primera copa.
En cualquier caso la reducción del 15 al 20% en la muerte prematura, con que nos da cuenta el estudio estadístico de la «paradoja francesa» no está nada mal. Sobre todo, si no hay ningún fármaco capaz de hacer lo mismo, y que si lo hubiera, seguramente no nos brindaría el placer que nos da una copa de vino.